go de Capitán General de Puertos el 25 de enero de 1863.
Las intrigas políticas que imperaban en aquellos tremendos momentos llevaron al presidente Aguirre a sacarlo del puesto mediante la aceptación de una renuncia que no había presentado.
El coronel Palomeque protestó contra la superchería, presentando — ahora de veras — una renuncia airada y digna.
Emigró al triunfo de Flores, viviendo en Argentina y Brasíl, y durante la revolución blanca de Timoteo Aparicio, fué uno de los más empeñados partidarios de hallar la formula de pacificación que salvara de peores males a la República.
Tras varias tentativas inútiles de terceras personas consiguió que el gobierno del general Batlle le permitiese iniciar nuevos parlamentos, acompañado del coronel colorado Feliciano Vidal, su antiguo amigo de Canelones.
El ambiente estaba pronto para llegar a un acuerdo y después de laboriosas tratativas, el 9 de abril se concertó el pacto de paz que firman Jacinto Villegas, cónsul general de la Republica Argentina como mediador, los doctores Emeterio Regúnaga, Ernesto Velazco y el coronel Juan P. Rebollo por el gobierno y Estanislao Camino y el coronel Palomeque por los revolucionarios.
Tomás Gomensoro, en ejercicio del Poder Ejecutivo, reservaba para el pacificador la Jefatura Política de Cerro Largo, que años atrás había desempeñado tan cumplidamente ; pero aunque la designación llevóse a efecto en seguida de la paz, Palomeque estaba tan atrasado de salud que le fué imposible hacerse cargo del puesto, y hubo que darle un sustituto el 28 de mayo de 1872.
Perdióse con el Dr. Palomeque un ciudadano de relevantes condiciones intelectuales, un poco iluso como político y un poco amigo de ciertas actitudes pomposas que solían chocar al buen público, pero respetabilísimo por su devoción patriótica y su fundamental honradez.
Su rol eficaz en la tarea de devolver al país el imperio de la paz, en las complicadas tramitaciones de 1871 - 72, fué reconocida por el cuerpo legislativo votando a la viuda e hijos menores del Dr. Palomeque, el 13 de abril de 1874, una pensión graciable “por los importantes servicios prestados a la República con motivo de la Pacificación”.
PALLEJA, LEÓN DE
Militar, gloriosamente muerto con grado de coronel sobre las trincheras del Boquerón del Sauce, en el Paraguay.
Este valeroso soldado, que marchó a la guerra dispuesto a que la bandera uruguaya estuviera siempre tan adelante como cualquiera de las ban-
