la naciente Confederación. En este caso el gran ciudadano pudo realizar sus proyectos; salvó á su país de la crítica situación financiera, levantando el crédito á gran altura, á pesar de todos los rutinarios, y aun hoy Hámilton continúa siendo el más importante entre todos los ministros de Hacienda que han conocido los Estados Unidos.
» Pidió retirarse del gabinete en 1795, contando 38 años, después de haber fundado el sistema financiero de su país. Un historiador dice al llegar á este punto : « Ministro de Hacienda y liquidador de una enorme deuda, había restablecido la fortuna del Norte América; pero se había olvidado de hacer la suya. »
« Volvió al seno de su familia y á ejercer la profesión de abogado, cuando ya el país no tenía necesidad de sus servicios; pero en 1796, con motivo de una discordia entre Francia y los Estados Unidos, originada en una torpeza del Directorio, la Confederación creyó necesario estar dispuesta para la guerra, á cuyo efecto el presidente Adams ofreció su mando á Wáshington, quien declaró que no aceptaría sino á condición de que Hámilton fuese nombrado inspector general, como así fué, siendo él quien organizó aquel ejército, de cuyo mando se encargó á la muerte de Wáshington, pero no habiendo pasado á vías de hecho las enemistades de Francia con los Estados Unidos, Hámilton volvió á la vida privada en 1801, de la que no volvió á salir.
» Sin embargo continuaba interesándose por la cosa pública, y como hubiera expresado el concepto de « hombre peligroso » que le merecía el vice presidente de los Estados Unidos, coronel Aaron Burr, que se presentaba candidato para ser gobernador del Estado de New-York, éste ofendido, le retó.
» Teniendo Hámilton justo criterio sobre el desafío, no hubiera aceptado si no temiera la pérdida de toda su influencia. Recordaba que tenía esposa, hijos y deudos; que necesitaba vivir para los demás, pero como estaba decidido y no temía el duelo, aceptó declarando ante sus amigos que dejaría tirar dos veces á su adversario y que si le llegaba el turno él no tiraría.
» El 11 de julio de 1804 realizóse el duelo en Nueva-Jersey