Página:Finke Mujer Edad Media.djvu/131

De Wikisource, la biblioteca libre.
Esta página no ha sido corregida

mente dicho. La esposa, en la mayor parte de los casos, queda fuera del horizonte literario.

El primero y único fin de la canción de amor es el elogio de la mujer. Dentro de la cultura cor- tesana, la mujer es juez y legisladora. Su volun- tad y su aplauso dan la pauta y el fin. El brillo de la corte irradia de la mujer, su soberana, y re- cae sobre ella centuplicado. La nostalgia de los poetas consistía en estar en la corte y poder can- tara la dama. En ocasiones, desde lejos, con uno de sus cantares y antes de haberla visto, el poeta se recomienda a la soberana. Ya un poeta del siglo xm, Jaufre Rudel, dió forma clásica al mo- tivo del amor en la lejanía. En la canción ensal- za la perfección corporal y espiritual de la prin- cesa, sus dotes sociales y su cortesía ejemplar. El canto de amor fué por lo pronto una canción de encomio en forma de homenaje personal, y cuan- do la princesa fallecía, el juglar transfiguraba su alabanza en un canto fúnebre. El poeta Walther von der Vogelweide, como Dante, compuso can- tares cortesanos; pero también Goethe, atenién- dose a la realidad, concibió a Torcuato Tasso como un trovador profesional. El juglar espera recompensa y cuando su esperanza se le empieza a antojar vana, recuerda a su señora que ella debe la fama a sus canciones.

A menudo el homenaje prestado en Alema- nia a las mujeres llega a revestir formas feuda-

— 131 —