Página:Finke Mujer Edad Media.djvu/97

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destrozado una vida. El tercer sucesor de Bonifa- cio VIII, Juan XXIL, pensador sagaz, político claro y buen calculador, tenía a la vez algo de pa- ternal en su persona, rasgo que con frecuencia le inducía a dirigir animosas exhortaciones a sus regios amigos de Francia, Nápoles y Aragón. Intervenía a veces con su consejo en las menu- dencias de sus casas respectivas. Bajo sus dieci- ocho años de Pontifícado, apenas tuvo lugar un matrimonio real en el que no mediara su influen- cia. A menudo precedían detenidas deliberaciones sobre la situación política y lo conveniente o des- favorable del matrimonio en proyecto. Meses y meses habían de esperar impacientes los novios, y más impacientes aún los padres, la llegada de la dispensa, y a veces ésta llegaba con algún defec- to que imponía una nueva dilación. En algunas ocasiones también era denegada la licencia. De esta manera hizo imposible el Papa al rey de Si- cilia, Federico 111 — el cual repetidas veces había tenido graves conflictos con la Iglesia —, la boda de sus hijas con maridos de su clase. Como Fe- derico TI estaba emparentado con todas las ca- sas reinantes vecinas, necesitaba dispensa, y el Papa se la negó siempre. : Precocidad de las nupcias. — Reiteradamente se observan casos de esponsales y matrimonios entre príncipes que apenas habían llegado a la adolescencia. Y a bajo los merovingios y carlovin-

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