trabajo? Pero una gran parte de las generaciones de niñas hijas de humildes trabajadores, que van á las escuelas, salen de ellas con ideas pervertidas. Ya no quieren lavar, ni planchar, ni coser, ni surcir, ni barrer, ni fregar, ni cocinar, ni ordeñar, ni vivir en el medio tónico, pero triste de los campos, como sus padres».
El sistema argentino de educación desmoraliza, pues, en tal caso y he dicho por eso que está extraviado. Su fin de preparar la mujer, con buen sentido inexorable, para la lucha dentro de su medio y condición, ofreciéndole la paz y la dicha que el espíritu satisfecho goza con los productos de una habilidad manual bien dirigida, fracasa, nutre en esos espíritus frivolos é inexperientes ambiciones insensatas, sueños irrealizables y desviaciones funestas ó las virtudes privadas y al orden institucional. Tal es el origen de esta deplorable resultante escolar: que la Nación más libre del mundo por sus instituciones escritas, es la que ahora mismo conserva más dejos y fomenta mayores inclinaciones á las apariencias aristocráticas. (Muy bien! Aplausos)».
«La división de la sociedad en clases está perfectamente marcada: el fundamento de este extravío liberticida es sobretodo el dinero, de manera que las cabezas huecas que salen de las escuelas sin ideales de trabajo, se lanzan desesperadas y temerariamente á ese viaje pavoroso al país del