Página:Francisco de Sales Mayo - Diccionario gitano (1867).djvu/27

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to, que Aventino (Annalibus Boiorum) consigna el hecho de que se reputaba como un crimen maltratar á los séudo-peregrinos Egipcios, á quienes se les dejaba por otra parte asaltar, robar y cometer mil desmanes con perfecta impunidad. Y, aunque más ó ménos comprobados, cítanse diversos salvoconductos, pasaportes ó diplomas concedidos á esas hordas errantes por vários potentados, entre otros el emperador Segismundo, el rey de Hungría Uladislao II, los príncipes de la casa de Bathory, y hasta el Papa Eugenio IV. El profesor Lorenzo Palmireno dice en El Estudioso cortesano que los gitanos de España mostraban todavia el salvoconducto de Segismundo en 1540, y los designa como penitentes, si bien añade que en ello «mienten, pues la vida que llevan, no es de tales penitentes, sino de perros y ladrones.»

De todos modos, desde su aparicion en Europa, ya entrando por los países á la derecha del Danubio y por las costas de la Andalucía, no simultáneamente sin duda; ya cruzándose los de ámbas inmigraciones en Italia y Francia; ya llegando algunos pocos hasta el estrecho de Gibraltar, y algunos otros hasta los últimos confines de la Polonia, ello es que son todos un mismo pueblo; y que á los de ese pueblo, durante los siglos XV y XVI, las crónicas, las leyes y los juicios convienen en designar como gentes que se dicen procedentes de Egipto..... miéntras el vulgo, primero con crédulo respeto, después con extraña aversion, los considera como penitentes cristianos, descendientes de aquellos perversos paganos que rehusaron hospitalidad á la Virgen María y al Niño Jesús.

Pero ese pueblo ignorante, que nunca supo nada de Egipto, ni del pecado en que incurrió, ni de las profecías primitivas de Ezequiel desterrándole por cuarenta años, ni de los anatemas posteriores castigándole con siete años de igual dispersión; ese pue-