Distínguese esta mujer del pueblo chileno, por su generosidad y espíritu caritativo, en cuyas virtudes llega hasta el heroismo.
Muchos casos nos ofrece la tradición y la historia, en apoyo de esta afirmación; pero de entre ellos escogeremos uno, que por sus accidentes trágicos y por figurar en él con rasgos delicadísimos, una niña de diez á doce años, lo consignamos aquí, en la creencia de que interesará á nuestros lectores.
Hé aquí, en extracto, lo que nos ha legado la leyenda histórica.
Vivía en Copiapó, por los años de 1640, un laborioso buscador de minerales preciosos, tan laborioso y tenaz en tenaz en su empeño, como infortunado.
En una de sus salidas en busca del tesoro que anhelaba, dirigióse á los desiertos de Atacama y habiéndole sorprendido la noche, en una quebrada estrecha y lóbrega, resolvió acampar en ella, dispuesto á proseguir, una vez venido el nuevo día, sus infatigables escursiones.
Ató á un arbusto á la cansada mula, envol