ra? [1]. Hay, pues, que convenir, en contra de las afirmaciones del docto orientalista holandés, en que ni los árabes invasores impusieron á los hispano-latinos su civilización ni tampoco su lengua, la cual coexistió con las vulgares endémicas, de que hacen repetida mención sus propios escritores [2]. Y no podía ser de otro modo; porque la lengua de un pais, á no ser estrechamente afin á la del conquistador, no desaparece, mientras no se extinga el pueblo que la habla, como acaeció á la de los infelices mozárabes andaluces, cuando, con el inicuo pretexto de la expedición de D. Alfonso el Batallador á esta parte de la España sarracena, fueron arrancados de cuajo por los Almoravides y trasportados al África. Es más; no parece que los árabes en las naciones que redujeron á su dominio vedaran á los naturales el uso de su propio idioma [3]. Lo que hicieron,
- ↑ La España, bajo la dinastia de los Almohades, comunicó al Magreb su civilización, lo que fué parte para que los hábitos de la vida sedentaria se arraigasen en este pais. Tuvo esto lugar; porque la dinastía que reinaba en el Magreb habia conquistado las provincias de España, y porque de grado ó por fuerza muchos habían abandonado su pátria para trasladarse á aquella región. Aben Jaldún, Proleg., II, 254 del texto, y II, 298-299 de la trad. Lo propio acaeció en Túnez en tiempo de los Hafsidas, en la época de la gran emigración de los árabes españoles à aquel reino, como se lee en el escritor citado, á consecuencia de las conquistas en Andalucía de D. Fernando III el Santo y de D. Alonso el Sábio.
- ↑ Entre los dialectos de la aljamía (العجمية), ó romance hablado por los mozárabes y por los cristianos independientes, mencionan los escritores arábigos la aljamia de Aragón عجمية راغون; la aljamía de Zaragoza عجمية سقسطة, la aljamia de Valencia عجمية بلنسية y la aljamía del oriente de España عجمية من شرق الاندلس.
- ↑ Según el Dr. Simonet, en ninguno de los textos arábigos que ha consultado se halla la menor noticia del pretendido decreto de Hixem I prohibiendo en sus estados el uso de la lengua hablada por los mozárabes y obligando á sus hijos á que asistiesen á las escuelas públicas, que había fundado, para aprender el árabe. V. Glos. de voc. ibér. y lat., Introducción, p. 12.
hubieran podido imitar. Los habitantes eran berberiscos habituados al estado grosero de la vida nómada. Aben Jaldún, Proleg., II, 253 del texto, y II, 297 de la trad.