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XII
 


II.

Trabajo nada llano y apacible es el estudio de las etimologías, y aunque, habida consideración á la índole y estructura de sus radicales, no es difícil reconocer los vocablos españoles de alcurnia marcadamente semítica, con especialidad los precedidos del artículo árabe al, con todo, esta misma circunstancia ha sido á veces causa y motivo de error [1]. Pero no nace de aquí la mayor de las dificultades. Las dilatadas conquistas de los árabes en el antiguo mundo oriental, en África y en España, enriquecieron de tal suerte el primitivo idioma de Modar, que es por todo extremo embarazoso determinar el génesis de los términos peregrinos que á cada paso se encuentran en los diccionarios. Cierto que no pocos, con especialidad los técnicos y científicos, que tomaron de los griegos, se echan holgadamente de ver; pero no acaece lo propio con otros muchos, que, con ser de

    castellana y portuguesa, no se acentuó ni llegó á alcanzar la importancia que tuvo, despues que los reinos de Jaen, Valencia, Córdoba, Sevilla y Murcia cayeron en poder de las armas cristianas.

  1. Cervantes incurrió en el de afirmar, como lo hizo notar Clemencin (D. Quijote, 2. Part., Tomo VI, Cap. LXVII, p. 360, nota) «que son moriscos todos los vocablos que en nuestra lengua castellana comienzan en al,» pues, aparte de los de extirpe puramente latina que empiezan por aquellas letras, hay muchos de esta procedencia que desfiguraron los árabes prefijándoles su articulo al, según advierte Juan de Valdés en su Diálogo de la lengua (ap. Mayans y Siscar, Orígenes de la lengua española, I, p. 36 y 38), donde se lee: Y si quereys ir avisados, hallareys que un al que los Moros tienen por artículo, el qual ellos ponen por principio de los mas nombres que tienen, nosotros lo tenemos mezclado en algunos vocablos latinos, el qual es causa que no los conozcamos por nuestros. Quanto á lo demás sabed, que quasi siempre son Arabigos los vocablos que empieçan en al, como almohada, alhombra, almohaça, alhareme. La misma observación hizo el clarisimo Scaligero, respecto de las voces de origen griego, que ofrecen aquella forma, en las anotaciones al Culex de Virgilio: Arabes, addito suo al, pleraque graeca ad morem suum interpolarunt. Ut Liber Ptolomaei est Almageste: ή μέγιστη πραγματεία. Sic Alchymia, χυμεία. Sic Almanak, kalendarium, μαναϰός a luna et mensibus; unde circulus lunaris apud Vitruvium μαναϰός. Sic Alambic a graeco ἄμϐιξ apud Dioscoridem.