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Página:Glosario etimológico de las palabras españolas (1886).djvu/13

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XIII
 

naturaleza y condición refractarias á los semíticos, se hallan tan adobados al gusto de la gente arábiga, que no es fácil reconocerlos. Con decir que algunos, transcripciones escuetas de palabras griegas ó latinas, se han dado como valederas etimologías arábigas de palabras españolas, se comprenderá sin esfuerzo á qué graves tropiezos se expone el que se ocupa en tan áridos trabajos. Teniendo esto en cuenta, merecen ciertamente disculpa aquellos que, tomando por vocablos genuinamente arábigos los latinos arabizados, que se registran en el Vocabulista de Fr. Pedro de Alcalá ó en los dialectos vulgares de África y de Oriente, los consideraron como matrices de los correspondientes castellanos, y aún los que, tropezando en nuestros diccionarios con términos que en su antojo tenían aquel talle, les dieron por progenitores otros de pura extirpe arábiga, que nada tenían que hacer con ellos; error de que ninguno, por muy leido que sea, ha de pretender librarse, como no lo lograron nuestros etimologistas, desde el Dr. Francisco del Rosal [1] hasta D. Enrique Alix [2], grandemente versado en las lenguas semíticas, en las clásicas griega y latina y en la sanscrita. Con todo esto, es de tan gran utilidad el conocimiento de las etimologías, que, como se lee en la Carta del Licenciado D. Baltasar Navarro de Arroyta á D. Sebastian de Covarrubias, que va al frente de su Tesoro, aún hasta las falsas se han de estimar, porque ocasionan á la inquisición é investiga-

  1. La obra inédita del Dr. Francisco del Rosal, médico, natural de Córdoba, peritisimo en las lenguas clásicas, en la arábiga y hebraica y en la italiana, portuguesa, francesa, inglesa y alemana, es el Ms. T. 127 de la Bibl. Nacional, que lleva por titulo: Origen y Etymologia de todos los vocablos originales de la Lengua Castellana.
  2. Cuando D. Rafael M. Baralt proyectó escribir el Diccionario matriz de la lengua castellana, de que no se dió á la estampa más que la primera entrega, encargó á Alix las etimologías arábigas. El ms. autógrafo del malogrado orientalista, modestamente intitulado: Índice de las palabras castellanas de origen oriental, forma un tomo en folio, que contiene solamente las letras A, B y parte de la C.