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El canto de las sombras
NO ME DEJES MORIR... MATAME, ¡MUERTE!
Córtame siendo rosa todavía, no esperes el anémico derrumbe. Del rosal de la vida quiero ser arrancada con perfume.
Quiero caer con juventud y anhclos, aun ilusionada; ¿por qué esperar la consunción del tiempo cuando se vá el capullo en hojarasca?
Quiero sentir el repentino arranque en la hora balsámica del sueño... Con la pasión en llamarada, helarme. Petrificar mis labios con el beso.
Y encarnando el Amor, quedarme inerme frente a la Eternidad inconcebible. Córtame en plena floración, ¡oh Muerte! no dejes que marchite;
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