El canto de las sombras
EL REQUIEM DE LA PATRIA
En la flébil tiniebla de la noche profunda, voy buscando una tierra, voy buscando una isla donde dice la historia que se duerme la Inna porque en tiempos pasados la adoró una cautiva.
La rebelde melena que en la sombra sacudo tiene el gesto soberbio de mi estirpe charrúa. Yo venero esas selvas. yO venero esos juncos, y me iré hasta la muerte por aquellas llanuras.
Cruzaré muchos montes, tras el rastro, si queda, de esa planta, descalza; voltearé los guayahos; deslizada en las rocas Hegaré a las mesetas y si braman los pumas lucharé a sus zarpazos.
Al claror de otra aurora, en el éxodo mío como el nómada eterno surgiré en sus colinas, persiguiendo en la línea del postrado infinito las fugaces visiones de mis formas amigas.
