ahora. Si piensa que le voy á dar ese gusto, estúpida!..... Brutalizaba como siempre en estos casos el calificativo, para afianzarse así en un estado de odio que [se creaba para resistir mejor.
Llegaron á la quinta, mudos de nuevo.
Fueron todos á la sala, donde Mercedes tocó el piano con mucha más apacibilidad de la que hacían presentir sus nervios de la tarde.
Al rato ella y la madre bajaron y Rohan se quedó oyendo á Eglé, que había reemplazado á su hermana.
Continuó un rato, detuvose á media pieza, comenzó otra, suspendióse de nuevo y al fin se concretó á ligar acordes. Se volvió á Rohan:
—Qué quiere que toque?
—Lo que Vd. quiera.
Al oír la nueva pieza, Rohan se sorprendió. Era una cosa vieja, no oída hacía mucho tiempo y á cuya época volvió de golpe, re7