CAPÍTULO VIII.
Siempre anhela la envidia a perturbar agenas glorias y felicidades. Y las muchas que España ha tenido en la América, emulaba Inglaterra en tiempo que obedecia a su Reyna Isabela, la qual considerando al prudentissimo Rey Phelipe, segundo de España, ocupado en recobrar a Portugal, mandó armar cinco navios para que con ciento y sesenta y quatro soldados y el numero conveniente de marineros, passasse Francisco Draque, Caballero ingles, por el Estrecho de Magallanes a infestar las costas del Mar del Sur y entablar comercio con las Molucas, de cuyo apresto y viage hazen relacion Argensola y Theodoro Bry, y mas copiosamente Juan de Laet, que dice que partió el Draque del puerto de Plemua [1] a catorze de Noviembre de 1577, y padeció a su vista tan horrible borrasca que se tronchó el arbol mayor de la capitana llamada el Pelicano, y la Flor de oro encalló en la playa.
Reparado este daño, volvió a salir a treze de Diciembre; robó quanto pudo en las costas de Portugal y el Brasil y quema una de sus naves por estar muy cascada y que no podia tolerar la braveza del mar y tormentas. En veinte de Junio de 1578 tomó puerto en la bahia de San Julian, donde vieron levantada vna horca en que executó Magallanes la muerte contra los sediciosos. A veinte y dos saltó en tierra con muy poca escolta. Encontraron algunos indios, y por señal de alegria disparó vna vallesta al aire el Sargento mayor Roberto Winthergien, y juzgando los indios era seña de embestir, acudieron a sus arcos y dieron bien en que entender a los ingleses. Retiráronse apriessa a los navios, en donde pasaron el imbierno ocupándose en cazar
- ↑ Plymonth.