to, diziéndole: "seas bien venido, Fulano;" y todos le brindan al niño con la chicha, nombrándole por el nombre que le han puesto de el linage; que unos son de el linage de los leones, otros de los tigres, otros de las águilas y otras aves; otros de pezes, arboles, piedras, plantas, o conforme los varios successos que se ofrecen. Si es hija, la ponen tambien su nombre, y quando sirven los platos a la comida y los jarros de la bebida, le dizen por gracia al convidado: "este guisado tan bueno te ha hecho Fulana," nombrando la niña recien nacida; "y esta chicha tan sabrosa te ha hecho ella para regalarte." Con que se celebran los guisados y se alaba la chicha, encareciendo la gracia de la niña; y de esta suerte festexan su nacimiento. En creciendo las niñas, siendo mugeres, no nombrarán su nombre por quanto ay, porque se persuaden a que si le nombran se han de caer muertas. Y la misma abusion tienen las suegras con los yernos, que no los han de nombrar ni llamar por sus nombres, porque dizen que en nombrándolos se les caen las muelas. Y aunque las viejas, que ya no las tienen, los podian nombrar sin ese peligro, con todo eso son observantes de su abuso y nunca los quieren llamar por sus nombres propios.
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