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XLVIII
PREFACIO.

figuran en sus anales, i se vale para esto, como colorido, sea de una espresion feliz, sea de un análisis moral, sea de la reproduccion de su físico en entero. Así, del gran soldado Lorenzo Bernal de Mercado (héroe constante de la crónica de Marmolejo), dice que fué el Cid Campeador de Chile, i de Alonso Garcia Ramon, que era "jentil hombre de buena cara i mucho vigote;" de Jara Quemada, antiguo paje del duque de Alba, refiere, como si le hubiera conocido personalmente, que era "de rostro moreno i de cuerpo doblado," i del gran batallador Lazo de la Vega, que tenia "un aspecto feroz." I como a este último ciertamente le vió i trató casi de igual a igual, esto es, de provincial a presidente, queremos copiar en seguida el juicio que le merecieron su carácter i sus hechos. "Murió este gran jeneral (dice en el libro VII) en lo florido de su edad, pues no pasaba de cincuenta años. Pasó su carrera de caballero igualándose a cuantos celebra la fama; fué de ánimo grande, de aspecto feroz, de condicion severa, de gallardo espíritu, de grande constancia en los trabajos i de valiente resolucion en los peligros. Pronto i vijilante en sus acciones militares, cuidadoso en la disciplina de los soldados, descontento siempre de las armas, por mas bien apercibidas que las tubiesen, solícito en probeer el ejército, presuntuoso en el buen tratamiento de los soldados. I dotado finalmente de escelentísimas calidades i merecedor de que su nombre quede eterno en la posteridad."

I de esta manera, colocando como en un lienzo delante de la opaca luz de los siglos las sombras de todos aquellos nombres históricos, podria en cierto modo rehacerse físicamente la série de nuestros antiguos presidentes, que tan lastimosamente desapareció en el antiguo palacio de gobierno la noche del saqueo de Chacabuco.

Por supuesto que la limpieza del linaje es en cada uno de los personajes de la vieja crónica castellana la prenda mas valiosa de su mérito, i a este propósito afirma que Alonso de Rivera era onceno nieto por línea recta de varon del rei don Jaime I de Aragon, i en otra parte declara que el famoso don Diego Flores de Leon, quinto abuelo del ilustre almirante Blanco, procedia por línea masculina de los reyes de Francia i por las hembras de los de Leon, i de aquí su segundo nombre. Por lo demas, uno de sus capítulos contiene una larga lista alfabética de toda la nobleza de Chile, i especialmente de Santiago; por manera que el que no encuentre en ella memoria de sus abolengos habrá de taparse la cara con las dos manos i huir a esconderse en el limbo oscuro de la heráldica en que habitan los "mulatos"...

Un grave defecto tuvo, empero, Rosales en todas sus apreciaciones de personas, segun era la índole de aquellos tiempos, i es el de que, al morir, todas las figuras notables de su crónica, por ese solo hecho, convertíanse en seres depurados, impecables, perfectos. Tal era, sin embargo, la escuela histórica de la colonia, i continuó siendo hasta que secóse sobre el papel la tinta de la así llamada Historia del padre Guzman, escrita con zahumerio i yerba mate. Cierto es tambien que a los que han venido en pos i se han imajinado que la historia es solo verdad i la posteridad solo justicia, les ha caído en la cabeza el fuego de todos los hogares i de todas las cocinas