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Página:Historia general de el reyno de Chile - Tomo I.djvu/73

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LXIV
PRELIMINARES.

CENSURA
del Doctor Don Francisco Ramirez de Leon, Dean de esta Santa Iglesia Cathedral de Santiago de Chile, Provisor y Vicario General de todo el Obispado, y comisario del Santo Officio de la Inquisicion.

Leí la Historia General de esta Nueva Estremadura (assi llama y bien al Reyno de Chile su discreto historiador el Reverendisimo Padre Diego de Rosales, de la Compañia de Jesus, Provincial dos vezes meritissimo de esta esclarecida Provincia, Calificador del Santo Oficio, natural de Madrid y gloria ilustre de aquel suelo, que siempre se ha ennoblecido floreciendo con los antiguos Rosales de su casa). Leíla con curiosidad al principio, luego con gusto, y passéla con admiracion al fin, pareciéndome que estaba conmigo leiendo esta misma historia Sidonio y que me decia: Legimus opus operosissimum multiplex, acre, sublime, bi partitum; digestum titulis, exemplis que congestum; scripserat enim plura ardenter plura pompose, simpliciter ista, nec argute illa, nec callide; gravia mature, profunda sollicite, dubia constanter, argumentose disputatori, quedam seucre, quepiam blande, cunda moraliter, Lecte potenter, eloquentissime. Hemos leido en esta Historia una obra de mucho desvelo y estudio, opus operossissimum; una obra que por su materia es varia y deleitable, multiplex; por el ingenio de su autor, valiente, acre; por el florido estilo con que se dispone, realzada, sublime; está repartida en dos assumptos, de la conquista temporal el uno, de la Espiritual el otro, que son dos grandes alas de la fama con que a de volar dichoso a la eternidad este Reyno, bi partitum; distínguense los libros por claridad en capitulos, digestum titulis; una obra toda llena de hechos famosos, memorables, ya de belicos Gobernadores, ya de Predicadores Evangelicos, exemplis que cogestum; escribió con viveza y diligencia ardida aqui el Author, sctipserat plura ardenter; con adorno vistoso de sentencias, plura pompose; con Verdad llana los successos, simpliciter ista; no lastimó, sí estimó a todos su pluma, nec argute iste, nec callide; trata las materias graves con peso maduro, gravia mature; las profundas, sollicito, profunda sollicite; las dudosas, constante, dubia constanter; las argumentables, disputando con uno y otro derecho en doctos pareceres que propone, argumentosa disputatorie; unas vezes severo, quedam severe; otras suave, quepiam blande; y siempre enseña, cuncta moraliter; siempre deleita: erudito, docto, elocuente. Assi leíamos con Sidonio.

Mas luego, yo solo, advirtiendo que la alma toda de la Historia consiste en la Verdad mas legal con que se escribe, hallé que el Rmo. Padre Diego de Rosales puede en quanto a la verdad decir que ha escrito evangelios, pues allá el Evangelista secretario, quando mas quiso acreditar el testimonio de la Verdad, la razon que dio fué decir que escribía y daba fee de lo que avia oido, visto y tocado con sus manos: quod audiamus oculis nostris, quod perspeximus, et manus nostre contrcctaverunt, annunciamus vobis. Y puede su Rma. sacar la cara entre todos los historiadores del mundo y decir que ha escrito de este Reyno de Chile lo que en él ha oydo de los mas veridicos y antiguos originales, lo que ha visto por sus ojos y tocado con sus manos, pues desde los primeros años de su mas florida edad, en que se ofreció de Europa a la espiritual conquista de este nuevo mundo, comenzó a correrle todo, y despreciando cathedras que sus lucidas prendas le merecian no dexó parte de Chile que no viesse y tocasse con sus manos, como el maior misionero que su Religion sagrada en estas partes ha tenido, en Arauco, en Tucapel, Paicabi, Tolten, la Imperial, entre barbaros infieles, ya cathequizando y bautizando innocentes, ya convirtiendo adultos, ya reduciendo rebeldes, acompañando muchas vezes al exercito español y entrando con los Señores Gobernadores las campeadas a poner de paz toda la tierra, como quien tan dueño fué siempre de las voluntades del indio: díganlo Puelches y Pegüenches, que a todos los ganó y puso de paz mas mansos que unos corderos devaxo de las armas del Leon de España; que a entrambas magestades ha servido en este Reyno,