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DIEGO DE ROSALES.

de el Norte estan distantes doscientas leguas de el, y por la parte que miran al mar de el Sur, se apartan de el ciento y cincuenta, los sobrepujaron con muchas ventaxas y para memoria perpetua dexaron tantas señales, y para que el tiempo no las borre, quiso el Señor que cada concha fuesse una piedra y cada marisco un marmol donde quedasse escrito su castigo y su poder. Traxe con admiracion algunas de estas conchas convertidas en piedras, para ablandar los corazones de piedra de los Indios, que no creian las verdades de la sagrada escritura y el castigo que embió Dios sobre toda la tierra, por sus peccados, con el Dilubio. Porque aunque de estas y otras señales conocen los Chilenos una inundacion general, el Demonio se la mezcla con tantos errores y mentiras, que no saben que aya avido Dilubio en castigo de peccados, ni se persuaden a eso, sino a un dilubio de mentiras, que el demonio les ha enseñado y persuadido, cuya tradicion ha passado de Padres a hixos. Y es que tienen mui creido que quando salió el mar y anegó la tierra antiguamente, sin saber quando (porque no tienen serie de tiempos, ni computo de años) se escaparon algunos Indios en las cimas de unos montes altos que llaman Tenten, que los tienen por cosa sagrada. Y en todas las Provincias ay algun Tenten y cerro de grande veneracion, por tener creido que en el se salvaron sus antepassados de el Dilubio general, y están a la mira, para si vbiere otro dilubio, acogerse a el para escapar de el peligro, perssuadidos a que en el tienen su sagrado para la occasion, presuncion que pretendieron los descendientes de Noé quando fabricaron la torre de Babel. Añaden a esto: que antes que succediesse el dilubio o salida de el mar, que ellos imaginan, les avisó un hombre, pobre y humilde, y que por serlo, no hizieron caso de el, que siempre la sobervia humana desprecia la humildad y no cree lo que no es conforme a su gusto. En la cumbre de cada uno de estos montes altos llamados Tenten, dizen que habita una culebra de el mismo nombre, que sin duda es el Demonio, que los habla, y que antes que saliesse el mar les dixo lo que avia de succeder, y que se acogiessen al sagrado de aquel monte, que en él se librarian y el los ampararia. Mas que los Indios no lo creyeron, y trataron entre si que si acaso sucediesse la inundacion que dezia Tenten, unos se convertirian en vallenas, otros en pege espada, otros en lisas, otros en robalos, otros en atunes, y otros pescados; que el Tenten les faboreceria para eso: para que si saliessen derrepente las aguas y no pudiessen llegar a la cumbre de el monte, se quedassen nadando sobre ella, transformados en pezes: que assi les engaña el Demonio.

Fingen tambien que avia otra Culebra en la tierra y en los lugares baxos llamada Caicai-Vilu, y otros dizen que en esos mismos cerros, y que esta era enemiga de la otra culebra Tenten y assimismo enemiga de los hombres, y para acabarlos hizo salir el mar, y con su inundacion quiso cubrir y anegar el cerro Tenten y a la culebra de su nombre, y assi mismo a los hombres que se acogiessen a su amparo y trepassen a su cumbre. Y compitiendo las dos culebras Tenten y Caicai, esta hazia subir el mar, y aquella hazia levantar el cerro de la tierra y sobrepuxar al mar tanto quanto se lebantaban sus aguas. Y que lo que succedió a los Indios, quando el mar comenzó a salir y inundar la tierra, fué que todos a gran priessa se acogieron al Tenten, subiendo a porfia a lo alto y llebando cada uno consigo sus hijos y mugeres y la comida que con la prisa y la turbacion podian cargar. Y a unos les al-