tificar su opinión, no sólo ha investigado las memorias históricas de todas las vicisitudes que sufrieran hasta el día, las capillas de Santa Marina y de la nave del Lagarto, sino que fijándose en las
Figura 19.Azulejos del Claustro del Lagarto. Colec. Osma.
empresas heráldicas de los escudos y en la forma de éstos, después de un razonado y detenido estudio comparativo de los mismos, con los que se ven en monumentos sepulcrales y sigilográficos ha deducido, en nuestro concepto atinadamente, que los de Santa Marina fueron los emblemas personales que adoptara el infante D. Felipe, hijo de San Fernando, así como los de la Nave del Lagarto inclínase á creer que pertenecieron á su hermano el infante D. Enrique, si bien, acerca de este punto declara que no ha podido hallar dato que, positivamente, relacione la personalidad de dicho príncipe con la capilla del Patio de los Naranjos. En suma, opina, que los primeros corresponden á lós años de 1252 hasta 1269.
El procedimiento, pues, empleado en la fabricación de estos azulejos, es el que debió ocurrirse á cualquier alfarero de aquellos siglos, el del molde; y seguramente, dada su sencillez, debemos creer que no serían los únicos, antes bien que se verían emplea-