Ir al contenido

Página:Historias extraordinarias (1887).pdf/162

De Wikisource, la biblioteca libre.
Esta página no ha sido corregida
160
Edgardo Poe

esto es lo que se llama en lenguaje técnico «cabalgar» (riding). Semejante movimiento no es una dificultad cuando se franquea ligeramente la ola; pero en aquel instante, un mar gigantesco nos empujaba por la proa, elevándonos á inmensa altura, como para arrojarnos contra el cielo: jamás hubiera creído que una ola pudiese subir tanto. Después descendiamos, trazando una curva y sumergiéndonos, lo cual me producía el vértigo é insufribles náuseas, pareciéndome que caíamos desde la cumbre de una inmensa montaña. Pero desde lo alto de la ola dirigí una rápida mirada á mi alrededor, y esto bastó para darme cuenta exactamente de nuestra posición. El torbellino del Moskoe—Strom distaba sólo un cuarto de milla, poco más ó menos, en linea recta; pero asemejábase tan poco al de todos los días, como ese torbellino que ve usted desde aquí á un remolino insignificante. Si no hubiera sabido dónde estábamos y lo que nos esperaba, no habría reconocido el paraje. Ante aquel espectáculo cerré involuntariamente los ojos, poseido de horror, y mis párpados quedaron adheridos como en un pasmo.

Menos de dos minutos después, observamos que las olas se calmaban; un mar de espuma nos envolvió; el barco dió bruscamente media vuelta por babor y partió con la rapidez de una flecha en aquella nueva direc—ción; en el mismo instante, el mugido se confundió con un clamor agudo, y percibióse un sonido tal, que sólo podria compararse con el rumor producido por varios miles de válvulas dejando escapar a la vez su vapor. Nos hallábamos en la faja que rodea siempre el torbellino, y naturalmente crei que dentro de un segundo ibamos á ser precipitados en aquel abismo espantoso, atendida la prodigiosa rapidez con que éramos impelidos. El barco no parecía sumergirse en el agua, sino rasarla como una burbuja de aire en la superficie de la ola; teníamos el torbellino á estribor,