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Acta Apostolicae Sedis - Comentario oficial``

tal como la felicidad terrenal de algún modo se ordena a la felicidad eterna’’[1]. Un principio verdaderamente excelente y sabio, que si se observara fielmente también hoy, sin duda, produciría abundantes frutos de prosperidad para los Estados.

Pero, se dirá, que él criticó con rudeza y acritud a los Sumos Pontífices de su tiempo. Es verdad; pero contra aquellos que discrepaban de él en política y que él creía que estaban del lado de aquellos que lo habían expulsado de su tierra natal. Sin embargo, se debe compadecer a un hombre, tan sacudido por la suerte, si con un alma exultante a veces irrumpe en invectivas que pasaron la señal, especialmente porque para exasperarlo en su enojo no fueron ajenas las falsas noticias propagadas, como siempre, por los opositores políticos siempre inclinados a interpretar todo de manera maliciosa. Además, dado que la debilidad pertenece a los hombres, y "ni siquiera las almas piadosas pueden evitar ser manchadas por el polvo del mundo"[2], ¿quién podría negar que en ese momento había cosas reprobables en el clero, que en su ánimo, tan devoto a la Iglesia, produjese tristeza y disgusto?, más cuando sabemos que incluso hombres insignes por su santidad lo reprobaban severamente. Sin embargo, cualquiera que haya sido su invectiva y reprobación, con razón o equivocadamente, contra eclesiásticos, nunca disminuyo en él, sin embargo, el respeto debido a la Iglesia y la reverencia al Poder de las Llaves[3]; porque, en su tarea política intentó defender su opinión " para la defensa de la verdad, con aquel respeto que un hijo piadoso debe usar hacia su padre, piadoso hacia su madre, piadoso hacia Cristo, piadoso hacia la Iglesia, piadoso hacia el Pastor, piadoso hacia todos los que profesan la religión cristiana"[4].

Por lo tanto, habiendo basado sobre estos fuertes principios religiosos toda la estructura de su poema, no es sorprendente que haya en él un verdadero tesoro de doctrina católica; es decir, no solo la esencias de la filosofía y de la teología cristiana,

  1. Monarchia III ,16.
  2. San León Magno, Sermón 4 de Cuaresma
  3. N.T., en el original latino, Summarum Clavium observantia, se refiere al poder de las llaves entregado por Jesús a San Pedro; y por tanto, a la observancia debida al Primado de Pedro
  4. Monarchia III, 3.