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Acta Apostolicae Sedis - Comentario Oficial

a horizontes mucho más amplios que los encerrados en los estrechos límites de la naturaleza. Por lo tanto, él, aunque separado de nosotros por un intervalo de siglos, aún conserva la frescura de un poeta de nuestra época; y ciertamente es mucho más moderno que ciertas vates recientes, exhumadores de esa antigüedad que fue barrida por Cristo, triunfante en la Cruz. La misma piedad que hay dentro de nosotros mueva a Alighieri; su fe tiene los mismos sentimientos, y con el mismo ropaje se reviste "la verdad que nos vino del cielo y que tanto nos sublima". Este es su elogio principal: ser un poeta cristiano y haber cantado con acentos casi divinos los ideales cristianos cuya belleza y esplendor contempló con toda su alma, comprendiéndolos admirablemente y de los que él mismo vivió. En consecuencia, los que se atreven a negar este mérito a Dante y reducen toda la sustancia religiosa de la Divina Comedia a una ideología vaga que no tiene una base de verdad, ciertamente no reconocen en el Poeta lo que es característico y el fundamento de todas sus otras cualidades.

Por tanto, si Dante debe gran parte de su fama y su grandeza a la fe católica, valga solo este ejemplo, silenciando los demás, para demostrar cuán falso es que el obsequio de la mente y el corazón a Dios corte las alas del genio, cuando más bien lo estimula y promueve; y, por el contrario, cuánto dañan el progreso de la cultura aquellos que quieren prohibir en la enseñanza toda idea de religión. De hecho, es deplorable el actual sistema público de educar a la juventud como si Dios no existiera y sin la más mínima alusión a lo sobrenatural. Pues aunque de algún modo el "poema sagrado" no se mantiene alejado de las escuelas públicas e incluso se cuenta entre los libros que deben ser estudiados, por lo general no brinda a los jóvenes el alimento vital que está destinado pretende producir, en cuánto, debido a la dirección defectuosa de sus estudios, no están dispuestos a la verdad de la fe como sería necesario. Quiera el cielo que estas solemnes celebraciones centenarias permitan que en todo lugar en que se imparte a los jóvenes la enseñanza literaria