2 PANORAMAS DE LA VIDA
mandó beberla. Yo vacilaba. mirando al trasluz la bebida.
—Comprendo! dijo el doctor, viendo mi perplejidad: Esta niña es de las que no comen por que no las vean abrir la boca. Beba usted, pues.
—Y se volvió de espaldas. Yo, entonces, vertiendo rápidamente el líquido en mi pañuelo. esclamé con un jesto de repugnancia: Ya está! oh! doctor. qué remedio tan desabrido!'
—Remedio al fin ; que aun que sea un néctar, sabe siempre mal al paladar. Mañana doble dósis ; triple, pasado mañana: asíen seguida. y muy luego, esos ojos apagados ahora. resplandecerán : esos labios pálidos cobrarán su color de grana: esta carne su morvidez, y presto una buena moza mas en el mundo, dirá—Aquí estoy yo!
Miróme sonriendo : acarició mi mejilla con una palmadita que el creyó suave, y se fué restregándose las manos con aire de triunfo.
Aquella noche no pude dormir : pero mi insomnio. aunque fatigoso estuvo poblado de halagieñas visiones. La imágen del jóven tísico restituido ú la salud, merced á largos viajes, pasaba y repasaba delante de mí, sonriendo con una sonrisa llena de vida, y mostrándome con la mano lejanos horizontes de un azul purísimo desde donde me llamaba la esperanza. Y yo me decia—Como en mí. en él