PEREGRINACIONES 23
tambien, la dolencia del alma produjo la del cuerpo: y por ello mas razonable que el doctor, que atacaba el mal sin cuidarse de la causa, recurrió al único remedio que podia triunfar de ambos : variedad de escenarios para la vida: variedad de aires para el pulmon.
Hagamos como él: arranquémonos á la tiranía de este Galeno, que quiere abrevarme de tósigos; cambiemos de existencia en todos sus detalles; abandonemos esta hermosa Lima, donde cada palmo de tierra es un doloroso recuerdo; y busquemos en otros espacios el aire que me niega su atmósfera deliciosa y letal. Partamos! ....
Partir! Cómo? He ahí esa madre querida que vela á mi lado. y quiere evitarme hasta la menor fatiga; he ahí mis hermanos, que no se apartan de mí, y me llevan en sus brazos para impedirme el cansancio de caminar; he ahí la junta de facultativos, que me declara ya incapaz de soportar el viage ú Ja sierra.
¿Cómo insinuar. siquiera, mi resolucion, sin que la juzguen una insigne locura? . . . . Y sin embargo, me muero, y yo quiero vivir! vivir para mi madre, para mis hermanos, para este mundo tan bello, tan rico de promesas cuando tenemos veinte años! Mis ojos están apagados, y quiero que, como dice el doctor, resplandezcan; que mis labios recobren su