24 PANORAMAS DE LA VIDA
color y mi carne su frescura. Quiero volver á la salud y á la belleza; muy jóven soy todavía para morir. Huyamos!
Y asiéndome ála vida con la fuerza de un anhelo infinito, resolví burlar, 4 toda costa, la solícita vigilancia que me rodeaba, y partir sin dilacion.
Forjado un plan fingí, esos caprichos inherentes á los enfermos del pecho. Hoy me encerraba en un mutismo absoluto; mañana en profunda oscuridad; al dia siguiente pasaba las veinte y cuatro horas con los ojos cerrados. Y la pobre madre mia lloraba amargamente, porque el doctor decia, moviendo la cabeza, con aire profético: malos síntomas! malos síntomas!
Y yo, con el corazon desgarrado, seguí en aquella ficcion cruel, porque estaba persuadida que empleaba los medios paru restituirle su hija.
—Doctor—dije un dia. al médico. ocupado con majistral lentitud en componer mi bebida—sale hoy vapor para el sur?
—Cómo que del mirador de casa «acabo de ver _humeando su chimenea.
—Puos entonces. no perdamos tiempo: déme usted pronto mi arsénico; por que hoy me pide el deseo encerrarme durante el dia.
—Encerrarse!. . . . Pues no está mal el capricho!
—Ciertamente.