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Página:JM Gorriti Panoramas de la vida 2.djvu/378

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378 PANORAMAS DE LA VIDA

mi mano de un puñal para ir á sondear con él los misterios que se escondian bajo aquel grupo e sauces.

Por dicha, la razon, no obstante hallarme en la edad que la rechaza, vino á mostrarme lo que había de ridículo en mi cólera.

En efecto ¿qué derechos tenia yo en la existencia le esa muger á quien un caso fortuito me acercara durante un espacio de pocos minutos? La fugitiva el dominó negro, ó la celestial aparicion de blanca guirnalda ¿no eran para mí igualmente esconocidas?

Sin embargo. desde aquella noche, ambas vivian en mi mente; y cuando evocaba la radiosa imágen de la una, aparecíame siempre bajo el negro capuz e la otra.

Preocupados así, el espíritu y el corazon, partí e Buenos Aires, atravesé el océano y fuí á perderme como un átomo en el ruidoso tumulto


de las grandes metrópolis europeas.

La vista de nuevos horizontes, la sucesion infinita de escenarios en que la vida se agita en todos sentidos; la contemplacion de las grandes obras del arte; los estudios serios á que hube de consagrarme; y sobre todo, el carácter ideal que revisten los afectos del corazon en la temprana edad de la vida, quitaron á ese” sentimiento su