Página:Julio Cortázar y el relato fantástico.djvu/66

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desde Ia focalización de María Elena, este relato está enmarcado por un narrador en primera persona que abre y cierra el cuento. Este marco narrativo permite establecer una dicotomía inicial: juego de los narradores. Si bien el suceso medular de la narración está narrado (funcionarios) esperábamos sin apuro las preocupaciones del nosotros son: el café, las carreras, cigarrillo. El narrador adelanta, desde el comienzo, el indicio de que la acción se cumple en dos pasos: a) averiguación, b) procedimiento. En el nivel léxico es interesante notar la combinación que el narrador utiliza entre un lenguaje coloquial: “meterla pata", “era de ley", “minga”, “pasar sin escombro" y lexemas provenientes de la jerga administrativa: “trámite que le concierne", “procedan”, “ convocatoria", etc. En Ia dicotomía establecida entre nosotros lellos se incorpora una nueva instancia: pasividad para nosotros (“ahí esperando”)/ actividad para ellos (“caen para el trámite"). Abruptamente cambia la focalización y pasamos a captar los hechos desde la mirada asombrada de María Elena. La visión de la protagonista es diferente: frente a la rutinaria familiaridad con que el primer narrador presenta su tarea, la focalización femenina insiste en la extrañeza, en lo atípico, en los elementos suscitadores de asombro: Nosotros - Extrañeza por Ia ubicación de la o■cina en la calle Maza - Extrañeza ante Ia ausencia de bandera - Extrañeza ante el aspecto del edi■cio: la entrada era angosta , la chapa - Convocatoria con aire serio 68