Página:Julio Cortázar y el relato fantástico.djvu/77

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podriamos llamar realista: Cómo hablar de Anabel sin imitarla, es decir sin faIsear1a?”(DPC: 146) donde se pone en escena la imposibilidad de acceder al referente. Más allá de la asunción consciente de un problema inherente al hecho literario, en el caso específico de Cortázar este problema aparece ligado con la pretensión realista, mientras es en el relato llamado fantástico donde es posible acceder a un tipo de realidad y donde el referente no es cuestionado, sino presentado como el lugar donde ocurren los hechos: “Hardoy, que tenía toda mi con■anza, se dedicó con deleite a espiarla, bañándose en la atmósfera de eso que él llamaba los bajos fondos” (DPC: 177); “Casi no escuché los gritos de las viejas y el revuelo en el patio, pero en cambio me acuerdo que el taxi costaba dos sesenta y que el chófer tenía una gorra de lustrina" (LPC: 118). Esta inclusión de la referencialidad de tipo realista en los relatos fantásticos aparece indisolublemente ligada al problema de los espacios representados, en donde lo cotidiano tiene un lugar predominante. Por otra parte, si el fantástico cortazariano postula una ampliación de los límites de lo real, no es extraño que una situación típicamente realista e incluso costumbrista, como es la historia de amor entre una prostituta y un marinero, adquiera visos fantásticos en relación con el tratamiento que se le da al espacio en dicho cuento: nos ocupan, es precisamente en el vano intento de escribir un cuento que lado escupiéndome sin venne, sin saberde mí y sobre todo importándoseles un carajo de mí, como el que escupe en una baldosa sin siquiera mirada. Su ley y su mundo de ángeles, con Marucha y de algún modo también con la Dolly, y yo de este otro lado con el calambre y el Valium y Susana, con Hardoy que me seguía hab/ando dela milonga sin darse cuenta de que yo había sacado el pañuelo [...] para sacarme de alguna manera la escupída en plena cara. (DPC: 178) (. . .) para de paso entre tango y tango escupirme en plena cara, ellos de su está dado por la comunicación imposible entre dos espacios heterogéneos. En un ambiente que Hardoy sigue considerando típico y describiendo como tal, ‘Cortázar’ advierte el “mundo de ángeles” que obedece a sus propias leyes, desconocidas para él y para el abogado. Esta percepción es, paradójicamente, 80 En esta resolución, el escándalo lógico que requiere el efecto fantástico