Página:Julio Cortázar y el relato fantástico.djvu/80

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modo, el narrador de DPC —que llamaremos ‘Cortázar’ - adquiere un estatuto ambiguo que, al mismo tiempo que señala su carácter ■ccional, refuerza la continuidad con el sujeto biográ■co y cuestiona los límites entre ■cción y experiencia. Asi, en el interior de DPC, tiene lugar un encuentro entre ‘Cortázar’ y Hardoy donde se ajustan cuentas y se discuten asuntos de escritores. Si bien Hardoy es abogado, no sólo se presenta como un observador que además escribe ■chas (acaso un “diario de escritura” rudimentario), sino que el texto remite, en un salto inesperado, al momento de enunciación del cuento: “Ahora (ahora que escribo) no veo otra imagen que una de mis veinte años en Sportivo Barracas, tirarme a la pileta y encontrarotro nadadoren el fondo”(LPC: 134). Podemos leer en esta observación una miniatura de DPC, un narradorque relata el intento de hablar de una mujer y que ■nalmente sólo habla de sí mismo: “porque buscara Anabel en el fondo del tiempo es siempre caerme de nuevo en mí mismo"(DPC: 180). Entre las actividades que ■ccionalizan la escritura, la de abogado y la de traductor, median dos actitudes diferentes con respecto al objeto de la escritura, dos modos diferentes de construir (o de deconstruir) Ia historia. también presenta, aunque de diferente manera, una imagen de escritor. De este Hardoy es un abogado e■caz que ha establecido una relación particular con Mauro, un puestero del Abasto, y con su esposa Celina, de quien se informa que había trabajado en un cabaret. La posesión de un saber técnico especiali- zado le garantiza a Hardoy una mejor comprensión de los hechos narrados a lo largo del cuento, donde son numerosas las ocasiones en las que se explicita esta diferencia. La propia irrupción del narrador en primera persona está ligada a su caracter analítico, desde el momento que frente a la muerte de Celina repara en la frase que se la comunica. El velorio que sigue es una recopilación de lugares comunes no sólo analizados, sino también previstos por el narrador, donde no queda lugar para la sinceridad. Los participantes parecen responder a la lógica de “las audiciones de preguntas y respuestas”(LPC.: 1 18) con Ia que quedan clasi■cados, lógicaen la que un abogado tiene más chance de progresar que Misia Martita, José María y toda la galería de personajes sin apellido que se 83 Hardoy y el poder de la letra escrita