las bocas enseñándonos sus colmillos; todos sus miembros estaban agitados. Entonces mi guia extendió las manos, cogió tierra, y la arrojó á puñados en las fauces åvidas de la fiera. Y del mismo modo que un perro se deshace ladrando, y se apacigua cuando muerde su presa, ocupado tan solo en devorarla, así tambien el demonio Cerbero cerró sus impuras bocas, cuyos ladridos causaban tal aturdimiento á las almas que quisieran quedarse sordas.
Pasamos por encima de las sombras derribadas por la incesante lluvia, poniendo nuestras piés sobre sus fantasmas, que parecian cuerpos humanos. Todas yacian por el suelo, excepto una que se levantó con presteza para sentarse, cuando nos vió pasar ante ella.
—¡Oh, tú, que has venido à este infierno! me dijo, reconóceme si puedes. Tú fuiste hecho, antes que yo deshecho (1).—Yo le contesté:—La angustia que te atormenta es quizá causa de que no me acuerde de tí; me parece que no te he visto nunca. Pero dime, ¿quién eres tú, que á tan triste lugar has sido conducido, y condenado á un suplicio, que si hay otro mayor, no será por cierto tan desagradable?—Contestóme:—Tu ciudad, tan llena hoy de envidia (2), que ya colma la medida, me vió en su seno en vida más serena. Vosotros, los habitantes de esa ciudad, me llamásteis Ciacco (3). Por el reprensible pecado de la gula, me veo como ves sufriendo esta lluvia. Yo no soy aquí la única alma triste; todas las demás están condenadas á igual pena por la misma causa.—Y no pronunció una palabra más.
Yo le respondí :—Ciacco, tu martirio me conmueve
( 1) «Tu fosti, prima ch' io disfatto, fatto.» Que traducido libremente significa: tu naciste antes que yo muriese.
(2) Florencia.
(3 ) Ciacco, puerco.—Fué un bufon que se esforzaba siempre en hacer reir con su agradable conversacion, pero sumamente dado á la gula.