El hombre debe, siempre que pueda, cerrar sus lábios antes de decir una verdad, que tenga visos de mentira; porque se expone á avergonzarse sin tener culpa[1]. Pero ahora no puedo callarme, y te juro, ¡oh lector! por los versos de esta comedia, á la que deseo la mayor aceptacion, que ví venir nadando por el aire denso y oscuro una figura, que causaria espanto al corazon más entero; la cual se asemejaba al buzo que vuelve del fondo, adonde bajó acaso á desprender el ancla, que está afianzada á un escollo ú otro cualquier objeto escondido en el mar, y que extiende hácia arriba los brazos, al mismo tiempo que encoge sus piernas.
CANTO XVI.
«Hé ahí la fiera de aguzada cola, que traspasa las montañas, y rompe los muros y las armas: he ahí la que corrompe al mundo entero.»
Así empezó á hablarme mi Maestro, é hizo á aquella una seña, indicándole que se dirigiera hácia la márgen de piedra donde nos encontrábamos. Y aquella inmunda imagen del
- ↑ Dante advierte que no se deben narrar las cosas increibles, aunque sean verdaderas; porque la verdad que tiene visos de mentira avergüenza al narrador, haciéndole pasar por mentiroso sin culpa suya. Dice esto, para conseguir que se crea lo que tiene que contar, por lo mismo que sabia que no es maravillosa la ficcion poética, si antes no se la rodea de cierta verosimilitud.