Página:La Eneida de Virgilio.djvu/34

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Nobles que ocupan prolongados lechos,
Y al héroe y presentes con el niño
Alaban todos; y él fingiera diestro
Y conociera de su amor la fuerza
Suaves palabras con mirar de fuego.
La desgraciada que en amor se abrasa
Nunca se sacia de mirar el bello
Niño, y al padre y los presentes ricos,
Bebiendo en todo su fatal veneno;
Ascanio al padre besa y luego abraza
Con los brazos de ardiente y puro fuego
A la infeliz Fenicia, quien le estrecha
A su pecho y recibe el blando premio,
Fijos en él los ojos ignorando
El Dios que cerca tiene tan tremendo.
Mas de su madre observa los mandatos
Borrando la memoria de Sicheo,
Y luego abrasa con ardiente llama
El corazon que ya apagó su fuego.
Cuando el banquete cesa, grandes copas
De flores coronadas brillan luego,
Estrépito y clamor llenan los átrios,
Vence la noche el luminoso incendio.
La Reina entonces se levanta y llena
Un gentil vaso que heredó de Belo.
Y remando el silencio mas profundo
Ella digera entonces: == « Jove excelso,
« Que a la hospitalidad leyes prescribes;
« Que á los Troyanos y valientes Penos
« Sea este dia de feliz memoria
« Asistiendo con Juno, alegre el Evio,
« Y vosotros, ó Tirios, con aplausos