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azotar de todas maneras. De esas dos substancias, una, la material, la substancia extendida de Belise, el andrajo querido de Chrysale, nacida para el mal, siempre culpable, no pudiendo dar un paso sin pecar, debía ser castigada, dominada, mortificada, martirizada para conservar inocente, para fortificar, glorificar y santificar la substancia espiritual que podía asi, según ciertos casuistas lógicos, deleitarse, casta y pura, en un cielo inmaculado, inientras que su hermana la corporal se cebaba en la satisfacción grosera de «sucios ddeseos ».

Así es como la teología hizo al hombre lo que éste había hecho al buey, le castró e hizo de él una presa fácil para el sacerdote y para el tirano.

Esa concepción de un sér en quien la religiosidad era la característica, en quien la religión era el principio y el fin, que había sido condenado a una vida de expiación por el trabajo, las miserias, los tormentos y la sumisión más absoluta al amo; esa concepción extraña e impertinente habia necesariamente de hacer que se considerará la privación, la aflicción, el dolor, el suplicio y el tormento como los mejores medios de perfeccionamiento. De ese modo la educación llegó a ser sinónimo de castigo, la disciplina fué el nombre común de la dirección moral y del instrumento de cordelillos que manejaba Tartufo. Las reglas de la gramática como las de la conducta se aprendían a correazos. Un solo método de enseñanza, la férula; un solo medio de corrección, el vergajo.

He ahí el fondo y el subfondo de la educación cristiana.

Un poco de catecismo, algunos ejercicios religiosos y unas oraciones completaban la enseñanza.

En cuanto a la inteligencia, en cuanto a las ciencias anas fueron declaradas atributos y obras del diablo, y, por tanto, proscriptas. Después se les ha concedido algún lugar en la educación por imposición de las « exigencias del siglo ». Hoy todavía el cristiano no toca esas cosas sino con pinzas, con el acompañamiento de ese correctivo y purgante, la religión. Todavía se grita contra «la escuela sin Dios ».

Como «la substancia extendida» es también la substancia sensible, ha acabado por rebelarse contra el

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