Página:La Isla del Tesoro - Caballero 1901.djvu/262

De Wikisource, la biblioteca libre.
Esta página ha sido corregida
247
ISRAEL HANDS

para confirmarme en mis peores sospechas, que resultaron demasiado exactas.

Hands se había levantado de su posición, primero con las manos, luego poniéndose de rodillas y después, aunque su pierna le hacía sufrir agudamente al moverse y aun le oí articular más de un quejido, pudo, sin embargo, arrastrarse con bastante prontitud sobre cubierta. En medio minuto ya había llegado á los imbornales de babor y sacó de un rollo de cuerda, un largo cuchillo, ó más bien, un estoque corto, descolorado y sucio de sangre hasta la empuñadura. Hands contempló aquella arma por un momento; hizo un gesto con la quijada inferior, probó la punta sobre la palma de su mano y en seguida ocultándola apresuradamente en el pecho de su jubón, se arrastró de nuevo hasta su lugar precedente, contra la barandilla de popa.

No necesitaba saber más. Israel podía moverse, estaba armado, y si había manifestado tal empeño en desembarazarse de mí, era claro que tramaba hacerme víctima de sus maquinaciones. Qué sería lo que hiciera después: si trataría de arrastrarse á todo lo largo de la isla hasta llegar al campo de los piratas cerca de los pantanos, ó si intentaría hacer señales, confiando en que sus camaradas podían llegar más pronto en su auxilio, eran cosas que, por supuesto, me era imposible adivinar.

Sin embargo, de una cosa me creí seguro, y fué de que nuestro interés común nos imponía la necesidad de orillar la goleta en un punto bastante seguro y á cubierto, de manera que, llegada la ocasión, pudiera ponérsela de nuevo á la mar con el menor trabajo y riesgo posibles. Hasta lograr esto, consideré que mi vida no correría el menor peligro.