Página:La Isla del Tesoro - Caballero 1901.djvu/27

De Wikisource, la biblioteca libre.
Esta página ha sido corregida
18
LA ISLA DEL TESORO

—¿Es para mi camarada Bill para quien has preparado esta mesa? me preguntó dirijiéndome cierta mirada extraña.

—Ignoro quien es su camarada Bill, le contesté yo; esta mesa es para una persona que se aloja en nuestra casa y á quien nosotros llamamos el Capitán.

—Eso es—replicó él—mi camarada Bill lo mismo puede ser llamado Capitán, que nó. Tiene una cicatriz en una mejilla y unos modos valientemente agradables, muy propios suyos, sobre todo, cuando está bebido. Como señas, pues... ¿qué más?... te repito que tu Capitán tiene una cicatriz en un carrillo... y si más quieres, te diré que ese carrillo es el derecho... ¡Ah! ¡bueno! Ya lo había yo dicho... ¿con que mi camarada Bill está aquí, en esta casa?

—Ahora anda fuera, le contesté yo; ha salido á paseo.

—¿Por dónde se ha ido, muchacho?

Señalé yo entonces en dirección de la roca, diciéndole que el Capitán no tardaría en volver; respondí á algunas otras de sus preguntas y entonces él añadió:

—¡Ah! ¡vamos! esto será tan bueno como un vaso de rom para mi camarada Bill.

La expresión de su cara, al decir esto, no tenía nada de agradable, y yo tenía mis razones para pensar que aquel extraño se equivocaba, en el supuesto de que creyese lo que decía. Pero, al fin y al cabo, pensé que aquello no era negocio mío, además de que no era asunto muy fácil el saber qué partido tomar. El recién venido se mantenía esquivándose tras la parte interior de la puerta de la posada, ojeando de soslayo en torno de su escondrijo, como gato que está en acecho de un ratón. Una vez,