rápida maniobra, evitó el choque. Entonces, la Almansa ordenó por telégrafo a su compañera que evitase un conflicto.
A consecuencia de esto, el Comodoro Wernell, creyendo que Contreras había faltado a su compromiso, volvió a cogerle prisionero y se lo llevó al Federico Carlos, donde se trabaron en disputa muy agria. Pensó Contreras que el asunto ya no debía plantearse entre caudillos, sino entre caballeros, y desafió al Comodoro, retándole a dirimir oportunamente sus querellas en el campo del honor.
Cerrada la noche, con Poniente leve de popa navegábamos cariacontecidos hacia Cartagena, lamentando el fracaso de la expedición. Muchedumbre de luces nos indicó la presencia de una escuadra: era la inglesa. Nueva parada y parlamento. El Almirante inglés nos dijo que nos detuviéramos en Escombreras, que las tripulaciones podrían entrar en la Plaza; pero que el General Contreras quedaría en rehenes hasta que se recibieran instrucciones de los Gobiernos inglés y alemán... Hartos ya de humillaciones, y con las manos vacías, llegamos a Escombreras el 2 de Agosto.
La Vitoria, enterada de la prisión del General, intentó entrar en Cartagena y atacar a los barcos extranjeros, protegida por los fuegos de los fuertes. Desistió de su empeño por no exponer las vidas de los ochocientos tripulantes de la Almansa, la cual, por ser de madera, no estaba en condiciones para afrontar los riesgos de una lucha. Una Comisión