pulos comían con manos inmundas, esto es, sin habérselas lavado, se lo vituperaron.
3 Porque los Fariseos, como todos los judíos, nunca comen sin lavarse á menudo las manos, siguiendo la tradicion de sus mayores;
4 y si han estado en la plaza, no se ponen á comer sin lavarse primero: y observan muy escrupulosamente otras muchas ceremonias que han recibido por tradicion, como las purificaciones ó lavatorias de los vasos, de las jarras, de los utensilios de metal, y de los lechos;
5 preguntábanle, pues, los Escribas y Fariseos: ¿Por qué razon tus discípulos no se conforman con la tradicion de los antiguos, sino que comen sin lavarse las manos?
6 Mas Jesus les dió esta respuesta: ¡Oh bipócritas! bien profetizó de vosotros Isaías [1] en lo que dejó escrito: Este pueblo me honra con los lábios, pero su corazon está bien léjos de mi:
7 en vano pues me honran, enseñando doctrinas y ordenanzas de hombres.
8 Porque vosotros, dejando el mandamiento de Dios, observais con escrupulosidad la tradicion de los hombres en lavatorios de jarros y de vasos, y en otras muchas cosas semejantes que haceis.
- ↑ Is. XXIX v. 13. Es evidente que no culpaba Jesu-Christo á los Fariseos por la costumbre de lavarse las manos, sino por el uso supersticioso que hacian de esto, descuidando la observancia de los mandamientos de Dios.