sugetos, quise decir, que si aquel que es del número de vuestros hermanos, es deshonesto, ó avariento, ó idólatra, ó maldiciente, ó borracho, ó vive de rapiña, con este tal ni tomar bocado.
12 Pues ¿cómo podria yo meterme en juzgar á los que están fuera de la Iglesia? ¿No son los que están dentro de ella, á quienes teneis derecho de juzgar?
13 A los de afuera Dios los juzgará. Vosotros empero apartad á ese mal hombre de vuestra compañía.
1 ¿Cómo es posible que se halle uno siquiera entre vosotros que teniendo alguna diferencia con su hermano, se atreva á llamarle a juicio ante los jueces inícuos ó infieles, y no delante de los santos ó cristianos[1]?
2 ¿No sabeis que los santos han de juzgar algun dia á este mundo? Pues si el mundo ha de ser juzgado por vosotros, ¿no seréis dignos de juzgar estas menudencias?
3 ¿No sabeis que hemos de ser jueces hasta de los ángeles malos? ¿cuánto mas de las cosas mundanas?
4 Si tuviéreis pues pleitos sobre negocios de este mundo, tomad por jueces, antes que á infieles, a los mas ínfimos de la Iglesia.
- ↑ Tomando á estos por árbitros de vuestras diferencias?