Página:La ciudad de Dios - Tomo I.pdf/106

De Wikisource, la biblioteca libre.
Esta página no ha sido corregida
88
San Agustín

cutaban con el fin de dejarlas que se saciasen de tan borrendos y abominables males, no precisamente en sus campos y viñas, no en sus casas y riquezas; finalmente, no en su cuerpo, que está sujeto al alma, sino en la propia alma, en el mismo espíritu que gobierna al cuerpo, entregándose así á todos los vicios, sin temor de algún precepto ó mandamiento suyo que se lo prohibiese. Y en caso que vedasen semejantes torpezas, es importantísimo nos lo averigüen y prueben; si bien es cierto que permitían ciertos susurros inspirados en los oídos de algunos, bien pocos y tal cual instruidos, como con una secreta y misteriosa religión, con que dicen se aprende la bondad y santidad de vida. Y si no, muestren los lugares que se hayan alguna vez consagrado para semejantes ayuntamientos, no donde se representen los juegos con torpes expresiones y acciones de los farsantes, ni donde se solemnizan las fiestas fugales, en cuyas funciones dan rienda suelta á todas las deshonestidades, porque huyen de todo genero de pudory virtud, sino adonde el pueblo pudiese oir lo que mandaban los dioses acerca de refrenar la avaricia, moderar la ambición, cercenar el fausto y deleites, y adonde pudiesen estos miserables aprender lo que reprendiendo á los hombres enseña Persio (1), debemos saber: «Aprended, dice, ó miserables mortales, y procurad con el auxilio de la filosofía conocer las causas y principios de las cosas naturales; quién y qué sois con un (1) Persio, satira 3.".

Disciteque, ó miseri, et causas cognoscite rerum, Quid rumus, aut quiddam Victuri gignimur: Ordo Quis datus: aut metae quam mollis fexus, et unde Quis modus argenti, quid fas optare, quid asper Utile nummus habet: patrie charisq ue propinquis Quantum elargiri deceat, quem te Deus esse Jussit, et humana, gua parte locatus es in re.