Página:La ciudad de Dios - Tomo I.pdf/137

De Wikisource, la biblioteca libre.
Esta página no ha sido corregida
119
La ciudad de Dios

algunos patrícios, ya por todo el pueblo; pero que siempre que el rey fuese injusto, á quien llamó tirano, como acostumbraban los griegos, injustos serían los principales encargados del gobierno, cuya concordia y unión dijo era facción y parcialidad; ó injusto sería el mismo pueblo para quien no halló nombre usado, y por eso le llamó también tirano; no era ya república viciosa, como el día anterior habían disputado, sino que, como manifestaba el argumento y razones deducidas de las sentadas definiciones, de ningún modo era república, porque no era bien útil al pueblo, apoderándose de ella el tirano con parcialidad; ni el mismo pueblo era ya pueblo si era justo, porque no representaba ya á la multitud concorde y ligada á unas mismas leyes y bien común, como se ha definido al pueblo. Cuando la república romana era de tal condición cual la pintó Salustio, no era ya mala y disoluta, como él dice, sino que totalmente no era ya república, como se confirmó en la disputa que se suscitó sobre ella entre sus principales patricios que la gobernaban, así como el mismo Tulio, hablando no ya en nombre de Scipión ni de otro alguno, sino por sí mismo lo mostró al principio del libro quinto, alegando en su favor el verso del poeta Ennio, que dice: «que á la república romana conservan y sostienen en su primitivo esplendor las antiguas buenas costumbres y los muchos varones excelentes que había producido. El cual verso dice él: «me parece que, ó por su concisión ó sencillez le pronunció como si fuese tomado de algún oráculo, porque ni los varones excelentes, si no estuviera tan bien formada y acostumbrada la eiudad, ni las costumbres, si no presidieran y gobernaran estos insignes varones, hubieran podido, ni establecer ni conservar una república tan dilatada con un dominio en su gobierno tan justo y tan extendido: así, pues, en los tiempos pasados, las mismas costumbres ó