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San Agustín

plicar desde la cátedra del Espíritu Santo en presencia de todos la sagrada Escritura y la doctrina evangélica, para que los que obran con rectitud la oigan para obtener el eterno premio, y los que así no lo hacen lo oigan para su juicio y eterna condenación; y á donde cuando acuden algunos que se burlan de esta santa doctrina, toda su insolencia é inmodestia, ó la dejan con una repentina mudanza ó se ataja ó refrena en parte con el temoró el pudor; porque allí no se les propone cosa torpe o mal hecha para verla ó imitarla mediante á que, ó se les enseñan los preceptos y mandamientos del verdadero Dios, ó se refieren sus maravillas y estupendos milagros, ó se alaban y engrandecen sus dones y misericordias, ó se piden sus beneficios y mercedes.



CAPÍTULO XXIX

Exhortación a los romanos para que dejen el culto de los dioses.


Esto es lo que principalmente debes desear 1 oh generosa estirpe de la antigua Roma! ¡Oh descendencia ilustre de los Régulos, Scévolas, Scipiones y Fabricios! Esto es lo que principalmente debes apetecer; esto es lo que debes diferenciar de aquella torpe vanidad y engañosa malignidad de los demonios. Si florece en ti naturalmente alguna operación loable, no se purifica y perfecciona sino con la verdadera piedad, y con la impiedad se estraga y viene á sentir el rigor de la justicia.

Acaba ya ahora de escoger el medio que has de seguir para que seas sin error alguno alabada, no en ti, sino en el Dios verdadero; porque aunque entonces alcanzaste la gloria y alabanza popular, sin embargo, por