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San Agustín

proposición quimérica el sostener que Troya se perdió porqué perdió á Minerva; porque ¿qué diremos que perdió primero la misma Minerva para que ella se perdiese? ¿Fueron por ventura sus guardas? Y esto seguramente es lo más cierto, pues, degollados, luego la pudieron robar, mediante que la custodia y conserva de los hombres no pendía de la imagen, antes más bien, la de ésta pendía de la de aquéllos. Y estas naciones ilusas, ¿cómo adoraban y daban culto (precisamente para que les defendiese y á su patria) á aquella su protectora, á aquella falsa deidad, que no pudo guardar ni libertar de una cruel muerte á sus mismos centinelas?



CAPÍTULO III

Cuán imprudentes fueron los romanos en creer que los dioses Penates, que no pudieron guardar & Troya, les habían de aprovechar á ellos.


Y ved aquí demostrado á qué especie de dioses encomendaron los romanos la conservación de su ciudad: joh errror sobremanera lastimoso! Enojanse con nosotros porque referímos la inútil protección que les prestan sus dioses, y no se irritan de sus escritores (autores de tantas patrañas), que, para entenderlos y comprenderlos, aprontaron su dinero teniendo á aquellos que se los leían por muy dignos de ser honrados con salario público y otros honores. Digo, pues, que en Virgilio, donde estudian los niños, se hallan todas estas ficciones, porque tomando lecciones en un poeta tan famoso como sabio, en los primeros años de la pubertad, no se les puede olvidar tan fácilmente, según la sentencia de Horacio, «que el olor que una vez se pega á una vasija nue-