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La ciudad de Dios

ron, siendo muy posible que se concibiesen y naciesen tantos de diverso género y de diferentes afectos y sucesos en un mismo tiempo, en una misma región y tierra colocada bajo un mismo cielo y clima, no sé si puede darse mayor temeridad; aunque en este país hemos conocido mellizos que han tenido no sólo diferentes acciones y peregrinaciones, sino que han padecido diferentes enfermedades; de lo cual, en mi sentir, pudiera dar fácilmente la causa Hipócrates, diciendo que con el uso de diferentes alimentos y ejercicios que proceden, no de la templanza del cuerpo, sino de la voluntad del ánimo, les pudo suceder tener diferentes disposiciones; y sería harto maravilloso que en este caso Posidonio ó cualquier otro defensor del hado ó influencia de las estrellas pudiera hallar que reponer, á no ser queriendo trastornar los juicios de los ignorantes con fenómenos raros que no saben ni entienden; pues lo que intentan persuadir, computando el pequeño espacio de tiempo que tuvieron entre si los mellizos mientras nacieron con respecto á la partícula del cielo, donde se coloca la nota de la hora que llaman horóscopo; ó no puede el signo tanto cuanta es la diversidad que hay en las voluntades, acciones, costumbres y sucesos de los gemelos, ó pueden aun más estas cualidades que la misma bajeza ó nobleza de linaje de los mellizos, cuya mayor diversidad no la calculan, sino la hora en que cada uno nace; y, por consiguiente, si tan presto viene á nacer uno como otro permaneciendo en igual grado la misma parte ó punto del horóscopo, luego deberán ser del todo semejantes ó iguales en sus propiedades, lo cual es imposible hallarse en ningunos mellizos. Y si la dilación del segundo en el nacimiento muda el horóscopo, luego los padres serán diferentes, cuya circunstancia no puede verificarse en los mellizos.

TOHO I.

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