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San Agustín

CAPÍTULO V

Cómo se convencen los matemáticos de que la ciencia que profesan es vana.


Luego si estas distintas cualidades pertenecen ó dependen de las menudencias de los tiempos que entre sí tienen los mellizos, y no las atribuyen á las constelaciones, ¿por qué mirando las de los otros dicen esto? Y si lo sientan como inconcuso, ¿por qué conciernen, no á los minutos incomprensibles, sino á los espacios de tiempo que pueden observarse y notarse? ¿Qué representación hace aquí la rueda del ollero, ó qué prueba demostrativa facilita? Ninguna, ciertamente: sólo sirve para traer revueltos y confusos á los hombres que tienen el corazón de barro, porque no se convenzan de falaas las caprichosas y temerarias observaciones de los matemáticos. ¿Y qué practican, finalmente, aquellos mismos cuya enfermedad, porque á unmismo tiempo crecía y declinaba, mirándolo como médicó, Hipócrates sospechó que eran gemelos? ¿Por ventara no convencen bastantemente á éstos que quieren atribuir a las estrellas lo que procedía de una misma templanza y disposición física de los cuerpos? Pregunto: ¿por qué de una misma mane y á un mismo tiempo no enfermaban el uno tras el otro, como habían nacido, pues seguramente no pudieron nacer ambos juntamente? Y si no fué de momento para que cayeran enfermos en diferentes tiempos el haber nacido en distintas estaciones, ¿por qué pretenden que vale para la diferencia de las otras propiedades la diferencia del tiempo en que nacen? Pregunto asimismo: ¿por qué pudieron peregrinar en diferentes tiempos, casarse en diferentes tiempos, procrear hijos en diferentes tiempos, y