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San Agustín

tan diferentes fines que á cualquier niño le obligan á que se ría y mofe de estas observaciones; porque ¿quién hay tan falto de juicio que se atreva á decir que todos los árboles, todas las plantas y hiervas, todas las bestias, reptiles, aves, peces, gusanillos é insectos participan cada uno respectivamente de diferentes momentos en su nacimiento? Con todo, suelen algunos, para experimentar la pericia de los matemáticos, representarles las constelaciones de algunos animales brutos, cuyos nacimientos han observado diligentemente en su casa para este efecto, y reputan por excelentes matemáticos á los que, habiendo visto las constelaciones, responden que no nació hombre sino alguna bestia, atreviéndose á decir igualmente la calidad de la bestia, si es á propósito y acomodada para la lana, para carga, para el arado ó para la custodia de la casa; y porque tienen su sabiduría hasta en los hados de los perros, responden á todo con grande aclamación de los que se admiran de su vana ciencia; tan necios proceden los hombres, que imaginan que cuando nace el hombre se inhiben los demás nacimientos de las cosas naturales, de manera que debajo de una misma región del cielo no nazca con él ni una mosca; pero si admiten á este camino el argumento, el cual, creciendo paso á paso y poco a poco, los atrae de moscas á camellos y elefantes. Tampoco quieren advertir que haciendo elección del día para sembrar el campo, la grande muchedumbre de granos que cae juntamente en el suelo, juntamente nace, y, nacida, espiga, grana y blanquea; y con todo, entre ellas, á unas mismas espigas, que son de un mismo tiempo que las otras, sembradas, nacidas y criadas jnntas, las destruye la niebla, á otras las consumen las aves, y á otras las arrancan los hombres.

¿Cómo han de decir que tuvieron diferentes constelaciones estas semillas, que ven tienen tan diferentes