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San Agustín

especialidad á la misma voluntad del sumo Dios, cuyo poder sin resistencia se difunde por todo lo criado, se prueba con estos versos, que son, si no me engaño, de Séneca: «Llévame, Sumo Padre y Señor del alto Cielo, á donde quiera que quisieres; obedeceré sin dilación alguna. Ved aquí, en resumen, que, supuesto el caso que no quiera, he de seguirte aunque no quiera, y haré por fuerza, siendo malo, lo que pude hacer de grado siendo bueno. Al que quiere, llévanle suavemente los bados, y al que no quiere, por fuerza. Así que con este último verso, evidentemente llamó hados á la que arriba había llamado voluntad del Sumo Padre, á quien dice que está dispuesto á obedecer, para que queriéndolo le lleven de grado y suavemente, y no queriendo no le lleven por fuerza; porque, en efecto, al que quieren le llevan suavemente los hados, y al que se resiste, por fuerza. Apoyan también esta sentencia aquellos versos de Homero, que Cicerón puso en el idioma latino (1), y traducidos dicen: «Tales son las voluntades de los hombres, cuales son las influencias que al mismo padre Júpiter le parece enviar sobre la tierra.» Y aunque fuera de poca autoridad en esta cuestión el parecer del poeta, mas porque dice que los estoicos (que son los que defienden la fuerza del hado) suelen citar estos versos de Homero, no se trata ya de la opinión del poeta, sino de la de estos filósofos; ya que con estos versos que citan en la materia que tratan del hado maniflestamente declaran qué es lo que sienten que es hado, supuesto que le llaman Júpiter, el cual piensan y entienden que es el sumo Dios, de quien dicen que depende la conexión de los hados.

(1) Homero en la Odisea, Tales sunt hominum mentes, qualis pater ipre Jupiter auctiferas lustr abit lumine terrasva