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San Agustín

tase Cota, apoyando la hipótesis contra los estoicos en los libros de la naturaleza de los dioses; con todo, quiso mas pronunciar en favor de Lucio Balbo, á quien perguadió defendiese el sistema de los estoicos, que por Cota, que pretende establecer como un principio innegable que no hay naturaleza alguna divina; pero en los libros de Divinatione, en su nombre refuta claramente la presciencia de los futuros, todo lo cual parece lo hace por no conceder que hay hado, y echar por tierra la libertad de la voluntad ó el libre alvedrio; pues estaba imbuído en el error de que concediendo la ciencia de lo venidero se seguía necesariamente conceder la influencia del hado, de forma que en ningún modo se pudiera negar: mas como quiera que sean las prolijas y perplejas disputas y conferencias de los filósofos, nosotros, así como confesamos que hay un sumo y verdadero Dios, así también confesamos su voluntad divine, sumo poder y presciencia: y no por eso tememos que hacemos involuntariamente lo que practicamos con libre voluutad, porque sabía ya que lo habiamos de ejecutar Aquel cuya presciencia es infalible. Esta justa repulsa temió Cicerón por el mismo hecho de combatir la presciencia, y los estoicos igualmente, por no verse precisados á confesar sinceramente, ni decir que todas las cosas se hacían necesariamente, no obstante de que al mismo tiempo sostenían que todas se hacían por el hado. Pero con especialidad ¿qué fué lo que temió Cicerón en la presciencia de los futuros, para que así proeurase derribarla y destruirla con un raciocinio tan impío? Es á saber, porque si se saben todas las cosas venideras, con el mismo orden que se sabe sucederán han de acontecer; y si han de acontecer con este orden, Diosque lo sabe ab æterno, observa cierto y determinado orden; y si hay cierto orden en las cosas, necesariamente le hay tambien en las causas, mediante á que no puede