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San Agustín

CAPÍTULO XVII

Qué fruto sacaron los romanos con las guerras y cuanto hicieron á los que vencieron.


Por lo respectivo á esta vida mortal que en pocos dias se goza y se acaba, ¿qué importa que viva el hombre que ha de morir bajo cualquiera imperio ó señorío, si los que gobiernan y mandan no nos compelen á ejecutar operaciones impías é injustas? ¿Acaso fueron de algún daño ó inconveniente los romanos á las naciones, á quienes después de reducidas á su dominación impusieron sus leyes, sino sólo en cuanto se perpetró la conquista con grande estrago de personas y derramamiento de sangre? Lo cual, si se hiciera con piedad, lo mismo se lograra con mejor suceso, aunque fuera ninguna la gloria de los que triunfaban: porque tampoco los romanos dejaban de vivir debajo de sus propias leyes que imponían á los otros: lo que si se hiciera sin intervención do Marte y Belona, de modo que no tuviera lugar la victoria no venciendo nadie, donde nadie había peleado, pregunto: ¿no fuera una misma la suerte y condición de los romanos y la de las demás gentes? Mayormente si luego se determinara lo que después se deliberó grata y humanamente, ordenando que todos los vasallos que pertenecían al imperio romano gozasen de la naturaleza y privilegio de la ciudad, disfrutando el honor de los ciudadanos romanos, siendo así común á todos la prerrogativa que antes era peculiar de muy pocos, á excepción de aquel pueblo que no tuviese campos propios y se substentase y viviese de los públicos, cuyo nutrimento y substento, con más dulzura y beneficencia lo sacaran de los que se conformaban voluntariamente con esta sanción por mano de los prudentes