Página:La ciudad de Dios - Tomo I.pdf/330

De Wikisource, la biblioteca libre.
Esta página no ha sido corregida
312
San Agustín

% SAN AGUSTÍN cieron tantas proezas y sufrieron tantos infortunios, mayormente cuando el perdón de los pecados, que va recogiendo los ciudadanos dispersos á aquella eterna patria, tiene alguna semejanza con el asilo de Rómulo, donde la remisión de cualesquiera delitos fué el mejor aliciente para congregar los hombres y fundar aquella célebre ciudad.



CAPÍTULO XVIII

Cuán ajenos de vanagloria deban estar los orístianos, ai hicieren alguna loable acción por el amor de la eterna patria, habiendo hecho tanto los romanos por la gloria humana y por la patria terrena.


¡Qué acción tan heroica será despreciar todos los deleites y regalos de este mundo, por más apreciables que sean, por aquella eterna y celestial patria, si por esta temporal y terrena se animó Bruto á degollar á aus propios hijos, cuya temeraria resolución no obliga la otra á tomar á ninguno! Pero, realmente, más dificultoso es el matar á los hijos que lo que debemos nosotros hacer por ésta, y se reduce á que los tesoros que habíamos de congregar y guardar para los hijos, ó los repartamos con los pobres ó los abandonemos si hubiere alguna tentación que nos fuerce á hacerlo por la fe y la justicia, pues ni á nosotros ni á nuestros hijos nos hacen felices las riquezas de la tierra (mediante á que, ó lo hemos de perder en vida, ó muriendo nosotros han de venir á poder de quien no sabemos ó de quien no quisiéramos), sino Dios es el que nos hace felices, que es la verdadera riqueza y tesoro de nuestras almas; además que Bruto, por haber muerto á sus hijos, aun el mismo posta que le elogia le tiene por infeliz y des-