Página:La ciudad de Dios - Tomo I.pdf/359

De Wikisource, la biblioteca libre.
Esta página no ha sido corregida
341
La ciudad de Dios

D10S 341 falsedades de los que llaman dioses inmortales, las cuales, siendo falsas, impías ó fingidas, las creyeron, y, creídas, las introdujeron en el culto y ceremonias de su religión; con estos tales, pues, que claramente confesaron (aunque no diciéndolo libremente, á lo menos insertándolo en sus escritos y disputas, como dicen entre dientes) que no aprovechan semejantes desatinos, no del todo fuera de propósito se ventilara esta cuestión: si conviene adorar por la vida que se espera después de la muerte, no á un solo Dios, que hizo todo lo criado es piritual y corporal, sino á muchos dioses, de quienes algunos de los mismos filósofos, entre ellos los más acreditados y sabios, sintieron que fueron criados por aquél solo, y colocados en un lugar sublime: porque ¿quién sufrirá se diga y defienda que los dioses de que hicimos mención en el libro IV (á quienes se atribuye á cada uno respectivamente su oficio y cargo de negocios de poco momento) conceden á los mortales la vida eterna? ¿Por ventura aquellos sabios y científicos varones que se glorían y nos venden por un beneficio digno del mayor aprecio el haber eşcrito y enseñado (para que se supiese) el método y motivo con que se había de suplicar á cada uno de los dioses, y qué era lo que se les debía pedir, á efecto de que, inconsiderada y neciamente (como suele hacerse por risa y mola en el teatro) no pidiesen agua á Baco y vino á las Ninfas, aconsejaran á ninguno rogase á los dioses inmortales que cuando hubiese pedido á las Ninfas vino, y le respondiesen: «nosotras solo tenemos agua, eso, pedidlo á Baco», dijese entonces congruamente: «si no teneis vino, á lo menos dadme la vida eterna»? ¿Qué idea puede haber más monstruosa que este disparate? Acaso excitadas á risa (porque suelen ser fáciles en reir, á no ser que afecten engañar, como que son demonios) no responderán al que así les rogare: «hombre de bien, ¿pensáis que